En algunas familias los tatuajes están mal vistos por ser un factor que impide donar sangre. Hay quienes afirman que luego de realizarnos un tattoo, la sangre queda contaminada y es por esto que no se puede donar. Esto es totalmente falso.
Aquellas personas que tienen tatuajes o piercings y ya ha pasado un año de su realización, cualquiera sea el caso, están en condiciones de donar sangre como cualquier otra persona.
Antes de hacerlo es conveniente realizar un análisis para detectar si existe alguna anomalía. A partir del año, la sangre se encuentra más purificada y es posible detectar si su calidad se vio afectada por el tattoo o la perforación.
Transcurridos doce meses no existe nada que imposibilite la acción de donar sangre. Pero lo cierto es que en algunos hospitales y centros médicos, cuando una persona tiene tatuajes se niegan a tomarlos en cuenta.
El común de la gente tiende a prejuzgar los tattoos, asociando a quien luzca uno o más con el oscuro mundo de las drogas y la promiscuidad. Esto no tiene por qué ser cierto, tener un tatuaje no determina el estilo de vida que se lleva y si la persona es sana no existen motivos para que se le impida ser dador de sangre.
La verdad es que la información que ofrecen los medios es confusa y la respuesta de si se puede o no donar teniendo tatuajes varía según la moral del profesional al que se le pregunte. De todos modos cuando una persona elige donar sangre a un familiar que lo necesite o a la comunidad en general, es un acto muy valorable y si se tienen un tatuaje o no pasa a ser secundario.
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